Por: Dr. Alejandro Rodríguez, Sdb – Universidad Mesoamericana
La experiencia de tener a los hijos en casa, cuando en tiempos normales ellos estaban en la escuela, ha provocado una situación que ha tenido momentos de tensión, de cansancio, de alegría compartida, de estrés y de inquietud por no ver con claridad el regreso a la “normalidad” que teníamos antes de la aparición de esta pandemia.
La escuela está en casa y parece que va a permanecer ahí por más tiempo del que creíamos.
Ante esta “nueva normalidad” te sugiero es hacer posible un ambiente escolar en casa. No quiero decir que tú -padre o madre de familia, adulto tutor- tengas que hacer exactamente igual a lo que un maestro hace en un salón de clases, en un laboratorio o en un taller.
Hacer un ambiente escolar en casa significa que apliques los elementos indispensables mínimos para ayudar a que tus hijos e hijas vivan la experiencia de aprendizaje, socialización, conocimiento, capacitación para la vida. El reto es ofrecer en lo posible un ambiente escolar creado para suplir la experiencia completa de convivir con amigos, jugar en los recesos, aprender cosas nuevas y disfrutar los espacios que un edificio escolar provee.
Proponer un ambiente escolar en casa requiere una sola cosa de inicio: querer que tus hijos continúen la experiencia de crecimiento como personas y como ciudadanos.
Quizá no tengas los conocimientos profesionales de un docente, pero tienes los conocimientos vitales de quien vive la vida día a día. Tal vez te sientas con altos niveles de estrés en ciertos momentos por querer apoyar y sentir que te faltan más herramientas para ayudar a tus hijos e hijas, pero tienes una herramienta muy poderosa que depende de ti utilizarla o no: tu deseo de querer lo mejor para tus hijos.
Apreciado padre o madre quien eres cabeza en la familia, quiero enriquecer tus ideas e intuiciones para que le brindes más de todo lo bueno que ya le brindas día con día a tu familia. Te propongo 8 estrategias a considerar. Me valgo de dos palabras muy comunes – MAMA/ PAPA- que me sirven como acrónimos, para que recuerdes mejor las ocho estrategias de mejora.
Las estrategias MAMA/PAPA te invitan a mirar a tu persona y tus recursos internos a la vez que se enfocan en acciones que pueden ayudarte a incidir positivamente en tus hijos e hijas. No son una receta rígida sino flexibles, es decir, que los puedes acomodar según tu contexto y necesidades.
Modela. Recuerda que cuando tú modelas lo que propones, cuando eres ejemplo el aprendizaje es mayor, la conexión afectiva y emocional con tus hijos es más profunda y suelen ser aprendizajes que duran más tiempo en la memoria de aquellos que te ven haciendo lo que dices. Si propones que estudien, haz el espacio para que tus hijos te vean que también tu estudias. Si propones que hagan las tareas escolares, que también te vean haciendo tus tareas propias de la casa o el trabajo. Si les pides que sean responsables, encarna en tu persona ese y otros valores que consideres importantes para tu familia.
Acompaña. La constancia tuya estando presente para que tus hijos hagan los deberes escolares te permite intervenir como adulto que muestra cuán importantes son esos momentos para ti y, por ende, debería ser para ellos. Acompañar es como una pieza musical: a veces la voz acompaña la melodía, a veces la melodía acompaña a la voz. Caminan juntas, una cuida de la otra, pero una no se impone a la otra ni mucho menos la suple. Es un trabajo diario de acompañar con la palabra, con el ejemplo, con la exhortación, con el diálogo para que cada día madure el ciudadano responsable, el hijo o hija que es la mejor persona para el mundo, el estudiante que mejor aprovecha cualquier tiempo y cualquier experiencia para aprender más, aprender mejor, aprender desde y para la vida. La calidad y cantidad de tiempo que inviertes en acompañar a tus hijos, es la calidad y cantidad de frutos que recogerán ellos y verás florecer tú. Si quieres lo mejor para ellos, lo lógico es que les brindes lo mejor que tienes y puedes. Tu y yo sabemos que lo más valioso que poseemos es nuestra ropia persona, nuestros valores, nuestras creencias.
Motiva. Un niño motivado a aprender es el mejor estudiante que puede tener cualquier escuela. Tu y yo sabemos que la motivación que se apoya solo en ofrecer algo externo (juguetes, premios, regalos) es el tipo de motivación que menos incide en lo profundo de la persona y es, al mismo tiempo, la que más suele desvirtuar el logro de metas. Sabemos que una motivación así se vuelve una transacción: tú me das lo que quiero, yo te doy lo que pides. En educación y en cuestiones de aprendizaje, en ocasiones conviene motivar por logros que modifiquen lo cognitivo, lo emocional y lo conductual. Un logro se refiere a las expectativas propias de todo ser humano: ser escuchado, ser tenido en cuenta, ser considerado valioso su ser, su sentir, su vida, su existencia. Como adulto motivas cuando encarnas lo que propones, valoras lo que hace mejor a la persona y propones experiencias significativas correspondientes a las necesidades fisiológicas, psicológicas, sociales, espirituales principalmente.
Aprende. Tus hijos e hijas te pueden mostrar cómo se navega en internet, como se puede jugar en la red, como hacer compras o como abrir una aplicación. Aprende de ellos. También aprende con ellos a encontrar la información valiosa que hay en internet. Aprende con ellos a hacer cosas buenas y relevantes con la tecnología; aprende con ellos a diferenciar entre lo que entretiene y lo que educa. Aprende para que enseñes a poner límites en el uso de la tecnología, aprende para que enseñes a discernir lo que quieres que ellos reciban como alimento para sus mentes y corazones de los millones de propuestas que existen en internet; aprende para que enseñes a dialogar como el adulto que quiere lo mejor para ellos y que, a veces, hasta tú te sientes abrumado frente a una pantalla que no te pregunta y no deja de ofrecer de casi todo. Aprende para que enseñes nuevamente a ver que el centro y lo más importante es la persona y su crecimiento en honestidad, verdad y virtud.
Planeación. La escuela tiene un horario para cada actividad, el maestro lleva un plan de trabajo para cada sesión y semana. El ambiente escolar se puede generar en casa: planea la jornada diaria (clase, estudio, descanso, recreación, apoyo en casa, etc.). Exige respeto por ese horario y procura respetarlo también tú. Ante tanta confusión y caos, el orden siempre ayuda. Da a tus hijos una herramienta para la vida: planear conociéndose, planear con realismo, planear para lograr cumplirlo. Planea los ejercicios que el docente le propone, planea el tiempo para hacer sus deberes escolares, planea para que ayude en casa responsablemente, planea para que sea consistente en el logro de sus metas, planea para que adquiera hábitos que le hagan mejor ciudadano.
Asertividad. El asertividad es un estilo de comunicación en el que expresas tu punto de vista de forma clara y directa, al mismo tiempo que respetas a los demás. También es entendida como la capacidad de expresar de manera directa, opiniones, creencias, posturas, derechos, deseos y emociones de manera eficaz, sin violentar los derechos de los demás. Ser asertivo pues, es ser capaz de expresar nuestros pensamientos y sentimientos abiertamente, de manera honesta, apropiada, respetuosa y directa. La persona asertiva ha aprendido a conocerse y amarse a tal profundidad que puede ser compasivo y dominar el propio ego pues para comunicarte asertivamente necesitas desarrollar tu autoconsciencia, entrar en contacto con tus emociones y con las de otros, y utilizar tu capacidad racional para gestionar tus sentimientos y pensar antes de hablar. Demuestra interés por la otra persona, ten claras las prioridades, escucha activamente, dialoga de forma clara y directa, pon límites cuando se requiera, mantente siempre en actitud de aprender y mejorar.
Prevenir. La prevención será un criterio de vida y acción que actúa como un filtro permanente de discernimiento y toma de decisiones si tú: a) pretendes extraer lo mejor de cada persona, incluso si por ello se dificultan los esfuerzos de construcción y colaboración; b)si cada acción, cada decisión, cada intervención tuya es un intencionada y consciente expresión del interés genuino de educar desde lo positivo y pretendiendo siempre la mejor versión tuya y del otro; c) si logras ser modelo de presencia que quiere el bien para el otro y el bien para sí mismo) si encarnas una vida profunda y espiritual con sentido trascendente motivando, acompañando, modelando y aprendiendo de acuerdo con los intereses compartidos con tus hijos.
Amabilidad. Significa que tú como padre o madre de familia estudias la manera de hacerte respetar, amar, valorar. Sin diluirte como una presencia más entre muchas, te conviertes -por la familiaridad, la cercanía y el interés por tus hijos- en la presencia activa cordial y exigente, amigable y responsable, abierta y con metas claras, que convive y que forma, que busca todos los medios posibles para ofrecer lo mejor para sus hijos y sabe que es desde su persona misma. La amabilidad es expresión de querer bien y querer el bien de los otros. Es expresión de saber quiénes somos, qué queremos y cuáles son nuestras áreas de crecimiento. Amabilidad es otra manera de amar con madurez, de amar integralmente, de amar buscando lo mejor.
Afirmamos, como educadores, que al centro de la educación se encuentra una presencia relacional y no un principio rector, un actor intencionalmente educativo y no un mero facilitador de vivencias, un agente responsable del cuidado de sí y del cuidado del otro y no solo un punto referencial en el universo de la tecnología en la vida del estudiante. Educar es un verbo, por tanto es acción. Por todo lo anterior: No desfallezcas en la noble labor de educar para la vida educando desde el corazón.
Para profundizar estos temas puedes consultar:
- Rodríguez, A. y Sánchez Tapia, S.G. (2020). Ser Preventivo en 15 acciones. México: IMGRA. https://www.amazon.com/dp/6079867265/ref=cm_sw_em_r_mt_dp_U_KhU-EbX6X9WD8
- Rodriguez, A. (2019). Educadores Líderes desde un enfoque preventivo, Mexico: IMGRA. https://www.amazon.com/dp/6079867206/ref=cm_sw_em_r_mt_dp_U_fcU-EbRJDEPWD