Por: Miguel Angel Franco, Universidad Panamericana
No cabe duda que es hoy cuando nuestro sistema educativo nacional necesita del liderazgo de sus docentes, porque son ellos los que saben cómo, dónde y cuándo aprenden mejor sus alumnos.
El Ministerio de Educación está realizando su mejor esfuerzo para apoyar a los niños y jóvenes en su aprendizaje a partir de la suspensión y cierre de escuelas e institutos a nivel nacional. El lanzamiento del programa “Aprendo en casa”, es una buena estrategia didáctica para atender a los alumnos utilizando la tecnología, a través de recursos digitales y estudio dirigido en línea, radio y televisión abierta. Sin embargo, solamente los alumnos de entornos privilegiados, respaldados por sus padres, encontrarán alternativas satisfactorias para realizar sus estudios desde sus casas. Los de entornos desfavorecidos, marginados y rurales, sin acceso a esos recursos digitales y con un débil o nulo apoyo de los padres de familia, seguirán excluidos del derecho a la educación.
En el aprendizaje la pedagogía ocupa un rol fundamental, y es aquí en el hecho pedagógico, donde el liderazgo del docente debe resurgir como un auténtico profesional de la educación; asumiendo su papel de consejero, mediador, facilitador, gestor y sobre todo líder educativo. Tiene el enorme desafío de buscar las estrategias didácticas de atención, creativas e innovadoras que apoyen a encontrar esas soluciones alternativas para que todos sus estudiantes continúen sus aprendizajes escolares, con otros medios y otra realidad pedagógica.
Se trata que, en estos momentos, desde la sensibilidad se busque la creatividad del propio ser y el hacer educativo, a efecto de ofrecer soluciones pedagógicas y didácticas de atención a toda la niñez y juventud escolar. Será imperativo planificar y desarrollar sus clases bajo nuevos esquemas didácticos que respondan a lo que sus estudiantes deben aprender según su grado de escolaridad, y a valorizar aquellas competencias no cognitivas que están desarrollando en este tiempo de confinamiento familiar.
Es aquí, y en este momento de crisis, cuando el liderazgo del docente debe ser efectivo, y considero que en muchos casos está siendo efectivo, en los distintos niveles del sistema educativo. Este rol lo podrán jugar aquellos docentes que sienten y conocen las necesidades inmediatas de los estudiantes, las familias, las autoridades y la comunidad a la que sirven, porque están conscientes que los necesitan hoy más que nunca. Gracias a los docentes que ya están poniendo al servicio de su comunidad su liderazgo y vocación, con compromiso y pasión del auténtico maestro.